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“Mi nombre es Jessica Campos, tengo 29 años. Llevo exactamente un año y tres meses de operada.
Antes de operarme pesaba 119 Kg. así que he bajado 42 Kg en total. Decido recurrir a la manga gástrica porque tenía un tema de sobrepeso que venía trabajando desde que di a luz a mi hija, y por más que asistí a médicos que me hicieron bajar varios kilos en un mes, realmente no lograba una pérdida absoluta. No había un hábito alimenticio correcto, sino esos planes de dietas mágicas.
Entonces con al paso del tiempo, fui adquiriendo y adquiriendo más peso y llegado un momento colapsé.
¿Qué colapsó? Bueno, mi salud, me diagnosticaron insulitis tipo 2, tuve que comenzar a hacer tratamientos para prevenir la diabetes, tensión e hígado graso.
Como vengo de una familia venezolana acostumbrada a comer y más en los encuentros, mi estómago estaba acostumbrado a eso. Por más dieta que yo hiciera el estómago pedía comida, tanto una ensalada como una pizza entera.
Obviamente yo no ayudaba con una vida sedentaria sin caminar. Al no hacer ejercicio, me cansaba y me costaba respirar. Con mi hija pequeña no podíamos salir, ni ir al parque porque yo vivía siempre agotada y en los fines de semana lo que yo quería era descansar. El cuerpo no me daba para movilizarme porque tenía mucho sobrepeso.
Entonces me di cuenta que debía hacer algo drástico porque en todos estos años no había podido por mi fuerza de voluntad. Fue necesario buscar otro tipo de ayuda.
Comencé a documentarme y llegó la información a mi vida de lo que era la manga gástrica, así que recurrí a ella. Luego de la cirugía cuando me desperté, sentía un poquito de molestia (de la anestesia). Lo que sí estaba muy sorprendida porque en ese momento no sentía hambre con más de 12 hs sin comer.
Comienzan a hacerme las pruebas para tolerar el líquido, y pasé perfecto: no fue nada traumático sino bastante suave. A las 2 de la tarde salí de la cirugía, a las 6 de la tarde ya estaba caminando y a las 8 de la noche empecé a caminar por los pasillos. No te voy a decir que no tuve dolor las dos primeras horas que llegué a la habitación, obviamente fui atendida y me pusieron algo para calmar el malestar.
Cuando me dieron el alta, vuelvo a mi casa caminando en perfectas condiciones respetando todas las pautas para continuar el reposo, y luego comienzo con mi dieta líquida que duró 3 días. En esos tres días bajé 9 Kg. Yo no lo podía creer.
Cuando me quitaron los puntos, ya había logrado bajar 11 Kg. (estamos hablando de aproximadamente una semana). Yo me operé en julio y para diciembre ya había perdido aproximadamente 28 Kg.
Si alguien me preguntara “¿tú me recomendarías la manga gástrica?” Yo le diría que sí con toda la confianza del mundo. Es una bendición, un regalo. Es la oportunidad de educarte con conciencia sobre cómo debes comer y retomar tu estilo de vida como debe ser”
Manga gástrica, testimonio II
“Mi nombre es Adolfo Tejera y me hice la manga gástrica. Con esta cirugía me he sentido muy bien. No he tenido acidez, ni tampoco sufro de vómitos.
Antes sufría de presión, no podía caminar ni 30 metros, tampoco subir las escaleras sin cansarme.
Ahora gracias a la operación ya puedo subir escaleras, hacer deporte, dormir tranquilo y cumplir con todas mis actividades.
La recomiendo a aquel que pueda y que deba hacérsela. Yo tenía un peso de 340 libras (unos 154 Kg) y ahora estoy pesando 170 libras (77 Kg aproximadamente). Hasta el momento es la mejor decisión de mi vida.
Yo cambié, cambia tú también”.
Testimonios en la red destacan además que gracias a la manga gástrica, desaparecieron los dolores producidos por gastritis, la diabetes tipo II, problemas en las piernas por el sobrepeso del cuerpo, y disminuyó notablemente el malestar que ocasionaban las hernias de disco (en caso de padecerlas). La persona camina bien erguida sin cansarse –esta característica también es producto de la dieta sana- y al momento de viajar por cualquier medio público, el cuerpo ocupa mucho menos lugar, pudiendo aprovechar el espacio con comodidad sin molestar a quienes están al lado.
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